La tragedia que conmocionó a la comunidad de San Sebastián Xolalpa el pasado 7 de septiembre dejó su primer fallecimiento.
Una mujer que había resultado gravemente herida por la explosión de pirotecnia murió tras varios días de atención en el Hospital Magdalena de las Salinas, en la Ciudad de México.
El incidente ocurrió en el campo de futbol de la localidad, durante la celebración de la Divina Infantita, cuando un cargamento de cohetes estalló inesperadamente.
En segundos, la festividad se convirtió en pánico: 29 personas resultaron lesionadas, algunas con quemaduras de primer y segundo grado, y varias más presentaron crisis nerviosas.
Tras el accidente, el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (IMEPI) realizó una inspección y destruyó 887 cohetones, 22 estructuras de pie y 8 en piso, con el apoyo de la Sedena, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y la Policía Municipal.
Por estos hechos, tres hombres fueron detenidos y están bajo investigación por su presunta responsabilidad en el manejo del material explosivo.
Las autoridades recordaron que la festividad no contaba con los permisos necesarios del Ayuntamiento ni de la Sedena, obligatorios para el uso de pirotecnia en eventos públicos.
Lo que comenzó como una celebración religiosa terminó en tragedia, dejando lecciones sobre la seguridad en el manejo de cohetes y pirotecnia en fiestas comunitarias.