Hace un año, las comunidades de San Sebastián Xolalpan y San Francisco Mazapa, en Teotihuacán, junto con la cabecera municipal y Santiago Tepetitlán, en San Martín de las Pirámides, obtuvieron el reconocimiento como pueblos indígenas por parte del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). El nombramiento, publicado en la Gaceta Oficial el 9 de agosto de 2024, marcó el cierre de una lucha de más de 16 años.
Carmen Julia Ruiz Romero, integrante del Consejo Comunitario Originario Indígena de San Sebastián Xolalpan, recordó que el camino comenzó en 2008, motivado por la activista Anzures. Durante años, el proceso se estancó por vacíos legales, hasta que en 2022 nuevas disposiciones federales abrieron la oportunidad. Con actas de auto-adscripción, asambleas comunitarias y un expediente que documentó su historia, organización y tradiciones como la alfarería, lograron el reconocimiento.
Para la señora Beatriz Cervantes, el logro significó “otra acta de nacimiento”, una forma de honrar a sus abuelos, quienes trabajaban el barro y llevaban sus artesanías a las pirámides. El profesor Felipe de Jesús Ramírez Márquez añadió que el nombramiento implicó responsabilidad: impulsar el rescate del náhuatl, capacitar en la transformación de productos como el nopal y el xoconostle, y organizar actividades que fortalezcan la identidad.
Uno de los grandes retos, afirmó Ruiz Romero, es participar activamente en la preservación de Teotihuacán como patrimonio mundial, mediante mesas de diálogo y propuestas de conservación. “El interés existe, necesitamos que las autoridades nos escuchen”, dijo.
Francisco Javier Méndez Hernández y Cristina Galicia Reyes coincidieron en que esta nueva etapa debe asegurar que las futuras generaciones mantengan vivo el vínculo con sus raíces. “Ya no somos invisibles: somos pueblos indígenas, con derechos, historia y voz para defender nuestro legado”, concluyó Ruiz Romero.